sábado, 19 de febrero de 2011

Cuando el invierno encalma: Nácares


A escasos metros de casa, la floración temprana de los almendros en un anuncio de la primavera ya cercana, inunda en pocos dias el árido paisaje de flores blancas cuan nácares y de un sutil perfume.  En esta serie de 12 fotografías he intentado plasmar la simbiosis de la realidad física de estos almendros en floración y los sentimientos que se asoman a mi retina cuando  son contemplados con diferentes luces.

Para ver la serie completa pincha aquí

Dorsal 181: Fotografía finalista



Mi fotografía:  Dorsal 181 han quedado finalista en el   IX Concurso Nacional  de Fotografía XXVI  Media Maratón de Córdoba 2010 en su apartado deporte libre. Este Concurso está  convocado por el Instituto Municipal de Deportes de Córdoba, con la colaboración de la Asociación Fotográfica Cordobesa (AFOCO). La entrega de premios e inauguración de la exposición será el sábado 5 de marzo a las 12:30 h. en las instalaciones del IMDECO, Avda de Rabanales s/n.



domingo, 6 de febrero de 2011

Presentación del Fotoepistolario: Amor de puño y letra


Os esperamos en la presentación de nuestro libro Amor de puño y letra


Jueves 10 de febrero 2011, 20:00 h. La Puerta Falsa. Murcia


Juana, Andrés y José Carlos (Colectivo As de Guía)

viernes, 4 de febrero de 2011

2º PREMIO I CERTAMEN INTERNACIONAL AEDAL - GALERIA ARTIS (VALENCIA)


Un hombre a solas con su verdad


Paseando azares con la sombra puesta

Mis obras un Hombre a solas con su verdad y Paseando azares con la sombra puesta, han conseguido el segundo premio del I Certamen Internacional convocado por la Asociación de Emprendedores de las Artes y las Letras (AEDAL) y la prestigiosa Galeria Artis de Valencia.
Mis obras han ido arropadas por un fragmento del  Ensayo titulado La trasnoche  de mi amiga y escritora Juana Hernández Conesa.

La trasnoche
Henchimos la luz de nuestro vacío en el agua de la lluvia y en esa soledad que se hace omnipresente sobre nuestros días. En un arrebato de orgullo queremos tocar el cielo y hacernos dioses. Dioses de nuestro destino finito y oscuro. Es tan difícil llenar de plenitud la noche y sus inciertos anonimatos que nos arrebujamos en la trasnoche; allí nos sentimos desnudos, a solas con nuestra verdad y paseamos azares con la sombra puesta. Quizá fue el “Narciso” de Ovidio quien nos llevó a ese lugar donde sólo nos amamos a nosotros mismos o, tal vez fue la ninfa “Eco” la que nos impide revelar lo que sentimos. Así, palpando el torso de la trasnoche, nos quedamos absortos mirando nuestra imagen en el estanque de los extravíos.


Moriremos de sed, por ser incapaces de alejar la mirada del epicentro del mundo.